El legado de la crisis: El mercado de trabajo español y las secuelas de la gran recesión

Marcel Jansen y Sergi Jiménez-Martín


Resumen ejecutivo

En este primer informe de New Skills at Work centramos nuestra atención en las perspectivas de empleo de los desempleados en España. El informe analiza el perfil de los parados y evalúa sus probabilidades de encontrar un empleo usando técnicas econométricas básicas. Nuestro principal objetivo es identificar a los grupos más vulnerables del mercado laboral y reclamar medidas que ayuden a minimizar el riesgo de exclusión social y económica.

El enfoque del informe es consecuencia de nuestra preocupación por el aumento sin precedentes en la incidencia del desempleo de larga duración durante la crisis. El paro de larga duración es motivo de preocupación en muchos países, pero nuestra análisis revela varios agravantes que lo convierten en una prioridad política en España.

El análisis se divide en tres partes. La primera parte del informe ofrece evidencia descriptiva sobre el legado de la crisis. En esta parte, se documenta la incidencia del desempleo por edad, nivel educativo, sexo y duración y se ofrece una comparación entre España y el resto de los países de la OCDE. La evidencia mostrada pone de manifiesto que el paro de larga duración es mucho más generalizado y arraigado que en el resto de la OCDE. El catorce por ciento de la población activa lleva más de un año en desempleo y de este grupo casi el setenta por ciento lleva más de dos años en esta situación. Además, se observa una fuerte concentración de los períodos de desempleo más largos en determinados grupos de trabajadores desfavorecidos, como los trabajadores procedentes del sector de la construcción, las personas menos cualificados sin estudios post-obligatorios y los mayores de cincuenta años. En la segunda parte del informe, se realiza un análisis econométrico formal para determinar la importancia relativa de las características individuales de los trabajadores y de la duración del desempleo para las tasas de salida desde el desempleo al empleo para el período entre 2007 y 2015. Finalmente, en la tercera parte del informe utilizamos datos longitudinales de la Seguridad Social para cuantificar los efectos acumulados generados por la pérdida de empleo durante la crisis.

Nuestros resultados indican que no hay una única causa que pueda explicar la alta incidencia del paro de larga duración en España. Hay problemas tanto en el lado de la oferta como en el lado de la demanda de trabajo y para resolver estos problemas se necesitan políticas distintas. Un claro indicio de los efectos adversos de la falta de demanda de trabajo es el fuerte impacto negativo de la duración del desempleo en las posteriores tasas de salida hacia el empleo, un fenómeno conocido con el nombre de dependencia negativa de la duración. Controlando por un amplío conjunto de características individuales encontramos que un período de desempleo superior a dos años provoca una caída en la tasa trimestral de salida del desempleo de alrededor de 13 puntos porcentuales. En términos absolutos esta caída es dos veces más grande que la máxima diferencia entre las correspondientes tasas de salida de parados con distintos niveles de educación.

Varios factores pueden explicar el impacto negativo de la duración del desempleo en las tasas de salida. Las habilidades de los desempleados se pueden depreciar con el tiempo o los parados pueden reducir la intensidad de búsqueda al no recibir ofertas de empleo. Por otra parte, las empresas pueden tener una preferencia por trabajadores que cuenten con experiencia laboral reciente. Cada uno de estos tres factores ayuda a explicar cómo una reducción prolongada en la demanda de trabajo puede convertirse en un problema crónico debido a la acumulación de un gran stock de desempleados de larga duración cuyas perspectivas de empleo se deterioran con el tiempo. Por el contrario, para los grupos más desfavorecidos (en su mayoría mayores de cincuenta y trabajadores poco cualificados y/o procedentes del sector de la construcción), la causalidad se produce principalmente en la dirección contraria. Sus bajas tasas de salida se explican por sus características individuales más que por la duración de su desempleo, un hecho que apunta a problemas en el lado de la oferta de empleo. Esta observación es importante porque los instrumentos más eficaces para combatir el desempleo de larga duración son muy distintos en función de si las causas se deben a los efecto de la dependencia negativa de la duración, desajustes entre la oferta y demanda de habilidades o el perfil de edad de los parados. Incentivos económicos para la contratación de parados de larga duración pueden ofrecer buenos resultados si sus bajas tasas de salida del desempleo se deben a los efectos negativos de largos períodos de desempleo. Por el contrario, la reinserción de los grupos más desfavorecidos requiere ayudas intensivas por parte de los servicios públicos de empleo y en muchos casos la mejora en la empleabilidad solo es posible a través de programas de formación bien diseñados.

Finalmente, la tercera parte del informe cuantifica las pérdidas acumuladas de personas que han sido despedido durante la crisis. Los resultados dejan constancia de la enorme dificultad para estas personas de reconstruir sus carreras profesionales. Los individuos de nuestra muestra que se encontraban en situación de desempleo al final de la primera recesión en Octubre de 2010 todavía sufrieron tasas de desempleo superiores al 75% al final del año 2014, y durante este período de cuatro años solo lograron trabajar, en promedio, el 20% del tiempo. Además, las victimas de la primera recesión reciben salarios más bajos y son mucho menos propensos a tener un contrato indefinido que los trabajadores que lograron mantener su empleo durante la primera recesión.

Nuestra conclusión final es que la prevalencia del desempleo de larga duración junto con las bajas tasas de salida y la escasa eficiencia de los servicios públicos de empleo, generan un considerable riesgo de exclusión social y económica entre los colectivos más vulnerables. Sus tasas de salida del desempleo siguen estancadas en los niveles más bajos desde finales del año 2011 y muchos de estas personas corren el riesgo de perder la conexión con el mercado de trabajo antes de que se complete la recuperación. Para revertir esta situación, España necesita intensificar sus esfuerzos para mejorar sus políticas activas del mercado de trabajo. La sección final del informe enumera las principales prioridades y en ella insistimos en la necesidad de una reforma profunda de los servicios públicos de empleo.


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