El aprendizaje permanente de los adultos en España

Florentino Felgueroso


Resumen ejecutivo

La Comisión Europea ha subrayado repetidamente la importancia de la formación permanente como un mecanismo clave para fomentar el crecimiento económico en la Unión Europea. El aprendizaje permanente fue incorporado en los objetivos de la Agenda de Lisboa (2010) y se fijó también entre los objetivos estratégicos para el año 2020. En concreto, para entonces, todos los países miembros deberán alcanzar una tasa de participación de adultos en la educación y formación del 15%.

En este segundo informe de New Skills at Work hacemos un balance de la participación de los adultos en el aprendizaje permanente en España. El informe se divide en tres partes. En la primera parte, se ofrece un análisis descriptivo de las habilidades cognitivas de la población adulta en edad de trabajar. A pesar de los avances en las últimas décadas, los años medios de escolarización siguen siendo aún relativamente bajo en comparación con los países de nuestro entorno. Además, España destaca por la mayor proporción de adultos que carecen de habilidades y competencias básicas. El informe identifica tres dimensiones del problema que merecen una atención especial de los responsables políticos: 1) el bajo nivel promedio de los logros educativos; 2) las altas tasas de abandono escolar y 3) los menores niveles de competencias para todos los niveles educativos. En las tres dimensiones, España debe esforzarse para converger con los niveles de los países líderes en Europa.

Dicha convergencia no será posible sin mejoras del sistema de aprendizaje permanente. Un aumento en la tasa de participación en la educación y formación de adultos puede servir para superar algunos de los problemas asociados con el abandono escolar. Además, ayudaría a mejorar la productividad de los trabajadores y aumentaría su resistencia ante el impacto de los avances tecnológicos.

En la segunda parte del informe, procedemos a documentar la participación en la educación y formación de los adultos en España. En esta parte se estudia la evolución reciente de las tasas de participación y se proporciona un análisis comparativo de la misma para una muestra de diez países europeos. Esta muestra incluye los cinco países que participan en New Skills at Work: Reino Unido, España, Italia, Francia y Alemania; además de una pequeña selección de los países escandinavos, en su mayoría con altos índices de participación en programas de aprendizaje de adultos.

El análisis comparativo pone de manifiesto que la tasa de participación en la educación de adultos en España está aún a unos cinco puntos porcentuales del objetivo del 20% de la agenda de la UE 2010. Esta tasa está en línea con la media de la UE, pero muy por debajo de la que tienen los países escandinavos, donde cerca del 30% de la población adulta participa en actividades de aprendizaje. Hay que tener en cuenta que las necesidades de formación en España son mayores que las existentes en la mayoría de los países europeos, debido al bajo nivel de competencias cognitivas de la población activa y a la destrucción masiva durante la crisis de empleos que requieren de menos cualificación. La mayor parte de estos puestos de trabajo se concentraron en sectores como la construcción y, por tanto, España se enfrenta a un mayor desafío para reubicar a un gran número de parados con bajo nivel formativo en sectores que puedan absorber este tipo de trabajadores. En la mayoría de los casos esto requerirá algún tipo de formación.

Además de mejorar la financiación, España también necesita revisar sus políticas de formación. El análisis de las tasas de participación en la educación de adultos por edad, nivel educativa y situación laboral de las personas se ponen de manifiesto dos carencias importantes: la participación de los menos educados en actividades de aprendizaje para adultos es casi insignificante en España y durante la crisis se observa una fuerte caída en las tasas de participación en la educación y formación no reglada. La participación en la educación de adultos es especialmente baja entre los que más la necesitan y su acceso a la formación parece haberse convertido en un desafío aún mayor durante la crisis debido a la drástica reducción del gasto público en políticas activas en general, y de la formación en especial.

Por último, en la tercera parte del informe se describe el actual sistema de educación para adultos y se sugieren algunos cambios para mejorar su diseño y el acceso a la educación y la formación. Se identifican dos peculiaridades del sistema español de educación para adultos. En primer lugar, no existe un plan nacional específico orientado a que los adultos adquieran las competencias básicas, de forma flexible, fuera del sistema educativo reglado. La segunda peculiaridad está relacionada con la financiación. La práctica totalidad de los fondos para la formación es transferido a los proveedores de formación y a los empleadores. Esto contrasta con la situación que hay en los países con las mayores tasas de participación en la educación de adultos, en el que una parte sustancial de los fondos se transfieren a los trabajadores. Se han implementado dos reformas recientemente que pueden acercar la financiación de la formación a la utilizada en otros lugares de Europa, ya que prevén la introducción de bonos de capacitación. Aunque la mera reasignación de fondos no será suficiente para corregir las deficiencias del sistema existente. El informe sostiene que la oferta formativa debe acompañarse de una orientación individualizada, especialmente para aquellos que han estado sin trabajo durante un largo período de tiempo.

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